La UCI de Mérida ya luce una nueva decoración artística como proceso de humanización

La artista sevillana María Ortega, junto a Pepe Yáñez, ha pintado las paredes de color claro y motivos florales que la hacen más acogedora. -

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M. ÁNGELES MORCILLO
Mérida
Domingo, 1 marzo 2020, 10:05


La artista sevillana María Ortega, junto a Pepe Yáñez, ha pintado las paredes de color claro y motivos florales que la hacen más acogedora.

La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), ese lugar de los hospitales que a muchos les da miedo nombrar, quiere ser mucho más cercana, agradable y acogedora. Y no solo para los pacientes que, por desgracia, tienen que pasar por ella. También para sus familiares y para los médicos, enfermeros y personal sanitario que trabaja en dicha unidad.

Para ello, una de las medidas que se ha llevado a cabo recientemente en los pasillos de la UCI del Hospital de Mérida es el decorado de sus paredes con motivos florales.

Una iniciativa que se incluye dentro del proceso de humanización de la UCI. Un proyecto que a nivel nacional está teniendo mucho auge. «Lo que se busca es que estas unidades no muestren un aspecto tan serio para el paciente y para sus familias».

Así lo explica el supervisor de la UCI del Hospital de Mérida. Juanjo Romero explica que esta humanización, que no solo se quiere conseguir en el entorno, sino que también toca la relación interprofesional con el paciente y sus familias, «también pretende acercar los cuidados intensivos, que no dejan de ser técnicas muy cañeras, a la gente. Para que estos no crean que vienen a una especie de infierno. Los ciudadanos deben entender que llegan a un lugar con gente muy capacitada que van a hacer todo lo posible por curar al enfermo».

Para ello, una de las medidas ha sido cambiar el aspecto de las paredes de la UCI, que estaban en gris oscuro, por un blanco, color sobre el que una artista de Sevilla, María Ortega, junto con Pepe Yáñez, ha pintado diferentes diseños con motivos naturales y florales. Una especie de prado y zona verde con distintos tonos de colores pastel, no muy estridentes. Entre los motivos florales también se pueden encontrar tres palabras que se han elegido: Esperanza, Camino y Vida, que funcionan como mensajes. «Cuando una persona entra en la unidad, además de ver luz, ahora se encuentra con un ambiente mucho más desenfadado y acogedor que una pared gris», insiste Romero.

Se ha intervenido dentro de la unidad, es decir, donde están los pacientes. Una unidad a la que entra mucha luz natural. Y también en los pasillos. En la zona de acceso, de consultas y del quirófano de marcapasos se le ha dado un tono mucho más claro «donde apetece mucho más venir a trabajar», recalca Romero.

Cree además que esta iniciativa, a nivel nacional, «es de las primeras en España».

Dice que se pusieron en contacto con la autora de las pinturas a través del director de Recursos Económicos del hospital. «Él había hecho una intervención en uno de los centros de salud de Mérida, en uno de los muros exteriores. Les gustó cómo quedó la cosa. Y nos lo propuso hacer para la UCI como uno de los procesos de humanización de la unidad. Lo valoramos con la artista, decidimos la propuesta que más nos gustaba y tiramos adelante con la iniciativa».

Asegura Romero que como la idea ha tenido tan buena acogida por la gente que ya la ha visto no sería mala idea ampliar los lugares del hospital que se podrían decorar.

El trato con el paciente de UCI no es sencillo, ya que este puede estar intubado y atravesando procesos bastante delicados a los que muchas veces no responde. Por eso, dice que a lo largo de este año, desde el Hospital de Mérida, y más concretamente desde esta unidad, lo que se pretende es acercar más el trato del profesional con el trato del paciente y del familiar. «Queremos que un familiar, cuando llegue a la UCI, no se sienta como un extraño que va a velar a su enfermo. Pretendemos todo lo contrario. Hay que hacerle ver que está en un proceso de espera en el que los sanitarios van a hacer todo lo posible por su familiar».

En ese proyecto, de acercar los profesionales a los familiares de los enfermos de UCI, se incluye contarles, por ejemplo, cómo ha pasado la noche o explicarle en qué momento de la enfermedad se encuentra. También en un futuro se tiene contemplado invitarles a participar en los cuidados de la UCI para que sepan, por ejemplo, cómo se ayuda a un paciente que no se puede mover a hacerle un encamado o en su higiene. «Si tiene una traqueo, saber aspirarla o enseñarle a aplicar los primeros auxilios en caso de que los necesite en un momento dado. En definitiva, enseñarles a actuar en determinados casos para que no tengan miedo ni dudas», explica Romero.

El fin de todas estas acciones es empatizar tanto con el paciente como con sus familiares y darse cuenta de, en qué parte de su intervención, pueden ayudarles.

«Lo que se busca es que estas unidades no muestren un aspecto tan serio para el paciente y sus familias»