PEPE YÁÑEZ NOS ABRE SUS CUADERNOS DE VIAJE

En exclusiva para Agenda Viaggi Miriam Lafuente Soler - 27/03/20

ENLACE A ENTREVISTA EN AGENDA VIAGGI




COMIENZA EN SU CIUDAD NATAL, SEVILLA, COMO RESTAURADOR. DECIDE UN DÍA QUE, A LO QUE QUIERE DEDICARSE DE VERDAD, ES A PINTAR. DESDE ESE MOMENTO ES SU FORMA DE ESTAR EN EL MUNDO.
SE TRASLADA A NEW YOK CITY, EXPERIENCIA INTENSA QUE LE FORMA Y CURTE, LLEGA A VENDER CUADROS EN LAS CALLES DE BROADWAY PARA PINTAR Y SEGUIR APRENDIENDO A PINTAR. EXPONE EN DOS SALAS EN LA CIUDAD DE LOS RASCACIELOS. SU LUGAR DE REGRESO ES SIEMPRE, SEVILLA, AUNQUE SIGUE DANDO MIL VUELTAS COMO TODO VIAJERO INCANSABLE (LE QUEDAN MILES POR DAR).
LE ENCANTA EL FLAMENCO, EL ROCK Y LA MÚSICA CLÁSICA. CUANDO PINTA TARAREA. EN UN VIAJE A SUDAMÉRICA CONVIVE CON COMUNIDADES INDÍGENAS Y SE CAMUFLA CON EL ENTORNO. SUS IMPRESIONES QUEDAN PLASMADAS EN SUS CUADERNOS QUE NOS ABRE EN EXCLUSIVA PARA AGENDA VIAGGI AL MISMO TIEMPO QUE NOS CUENTA SUS MOTIVACIONES AL REALIZARLOS.
PERSIGUE EL MOMENTO CREATIVO Y NUNCA RENUNCIA AL DIBUJO QUE SOBREVIVE SIEMPRE EN TODOS SUS CUADROS.
SU OBRA ESTA PRESENTE EN LA UNION DES BANQUES SUISSES, CENTRO DE ESTUDIOS ANDALUCES, EN LA JUNTA DE ANDALUCÍA, EN LA PINACOTECA DEL AYUNTAMIENTO DE CARMONA Y LA FUNDACION UMO DE SEVILLA, ENTRE OTROS SITIOS.

Sevilla, España.
Sevilla, las caudalosas aguas del Guadalquivir nos hablan de descubrimientos, cosmopolitísmo, nuevos mundos y aventuras. Sevilla, ciudad hermosa donde las haya. Sevilla, ya huele a primavera con sus naranjos en flor, aunque sus calles estén vacías. Sevilla, ciudad que piropea y, en ella, un gran pintor y viajero que lleva el arte en el alma y, todo lo que siente, lo convierte en pintura.

En estos días de confinamiento es bonito y fortificante recordar viajes del pasado. Son las experiencias vividas que nos nutren en momentos oscuros. Los cuadernos de viajes de Pepe Yañez nos transportan a mundos llenos de luz que penetraron en su corazón de artísta en sus viajes por tierras lejanas… al ir pasando las páginas del cuaderno nuestra mente se evade con los colores de sus dibujos. El pintor sevillano penetró en las comunidades indígenas de sudamérica plasmando todas las sensaciones en sus cuadernos. Comprender el entorno, hacer propio lo que te rodea, y ofrecer a través del dibujo su percepeción del mundo, son algunos de los motivos que le llevaron a realizar sus cuadernos. Conviviendo con indígenas, los cuales conviven con la naturaleza, se vuelve a los orígenes y te permite conocerte, comenta el artísta genial.


¿Porqué dibujas cuadernos de viajes? Interesa la respuesta mas que nunca, cuando estamos entre cuatro muros.

Más allá de la idea de “atrapar el tiempo” dibujar cuadernos te permite hacerlo tuyo, dilatarlo en un acto de comprensión del paisaje, de la gente, del color, incluso de los sonidos y los olores. Es un intento, a veces mecánico o intuitivo, otras meditado, de comprender y hacer tuyo y único aquello que te rodea, y ofrecer a través del dibujo tu percepción del mundo. Dibujar, pintar cuadernos, te permite trazar una geografía personal de cada viaje, trasladar la experiencia vivida al papel refuerza la impronta que deja en tu mente, en la piel, en los sentidos.

¿Que significan para ti? Cuando abres el cuadernos sientes…

Abrir las páginas de un cuaderno de viajes no es solo retroceder en el tiempo, o coleccionar recuerdos. Es también tener la oportunidad de reconstruirlo, de hacerlo maleable, percibir sensaciones que tal vez se escaparon, perpetuar aquello que dejaron en ti gentes a las que posiblemente nunca volverás a ver.

También son una fuente de inspiración a través de sus formas y colores, o de las sensaciones que sugieren al cabo del tiempo. Hay apuntes que se toman como dibujos preparatorios, pero también de los trazos o pinceladas de un cuaderno de viaje puede trascender su narración, y dar lugar a obras con otros formatos y técnicas, incluso con planteamientos plásticos muy diferentes, que las doten de otra dimensión, otro lenguaje. Uno de mis proyectos a medio plazo es una exposición en torno a las comunidades arahucanas de la Selva Central del Perú, Ashaninkas y Yáneshas principalmente, con quienes tuve la oportunidad de convivir durante algunos meses en varios viajes. De la comunidad Yánesha de Tsachopén, recibí el honor de ser recibido como comunero honorario, y sería una manera de devolverles mínimamente lo mucho que recibí de ellos. En la muestra podrán contemplarse los cuadernos originales, en los que se reflejan sus paisajes, sus gentes, gastronomía, cosmología etc junto a las piezas de gran formato que originaron, acompañados de fotografías, música y grabaciones que realicé en su lengua. Un cuaderno de viaje es un objeto dotado de vida, una especie de Jumanji del que pueden surgir muchas cosas.

¿Que técnicas usas?

Suelo llevar un estuche con pinceles, agua, lápiz, carbón, sanguina, tinta, acuarela y guache. En alguna ocasión he recurrido a lo que había, y he dibujado con hollín de hoguera o pigmentos naturales, sobre mapas, servilletas, libros o libretas de hoteles, pero no deja de ser una anécdota. Lo normal es ir bien preparado. A veces hay que dibujar rápido, y resuelvo con aguadas, otras puedes permitirte el lujo, o el placer, de dilatarlo, y el dibujo pide entrar en detalle, entonces interviene más el trazo, la línea. Es diferente plasmar un plato de comida en el que te interesa que se distingan los ingredientes que un paisaje que pide profundidad de formas, o un retrato que intenta plasmar una mirada, una expresión. El soporte siempre es el papel, por lo que es recomendable elegir cuadernos con pliegos de calidad, aunque a veces no es posible conseguirlos en según que sitios. Tengo una auténtica colección de cuadernos y libretas de todas las calidades, tamaños y procedencias, dibujos en papeles muy malos para técnicas de agua que al secar y estirarse han dado estupendos resultados. Lo ideal es terminarlos en una sola sesión, pero también es agradable repasar el trabajo al final de la jornada, con las sensaciones aún frescas, una taza de te o una cerveza, y rematar algunos con una pincelada o algún perfilado.

¿De qué países has llevado a cabo cuadernos de viaje?

Los que más he dibujado y disfrutado han sido el Perú, Brasil, Panamá, Nicaragua, Costa Rica, Marruecos. También tengo cuadernos antiguos, los primeros, de Estados Unidos, y de viajes por Europa, Italia, Francia, Portugal y, por supuesto, España.

¿Qué aprendiste de las comunidades indígenas? Son experiencias intensas, de gente valiente, un salir “brutal” de la zona de confort, propia de aventureros.

Todos somos o descendemos de indígenas. Nuestras sociedades provienen de pueblos originarios, de los cuales mantenemos una impronta, un recuerdo primitivo, que la evolución hacia nuevas formas de vida ha borrado. El placer que encontramos en los escasos momentos en los que disfrutamos de la naturaleza, de una comida guisada con productos naturales y antiguas recetas de nuestra tierra, una charla en torno al fuego, el tiempo pausado, no son más que un retorno hacia esas construcciones sociales sencillas que las comunidades indígenas no han perdido. El desarrollo nos ha aportado mejores condiciones sanitarias, de comunicación, hemos ampliado nuestra esperanza de vida, accedido a comodidades, sublimado y multiplicado nuestras expresiones culturales. Sin duda todo eso es bueno y será la base de las sociedades futuras. Pero a cambio, hemos claudicado ante un hiper-desarrollo que nos impide valorar incluso esos logros.

He aprendido muchas cosas en las comunidades indígenas con las que he tenido la oportunidad de convivir, y de sus diferentes costumbres y tradiciones . Con los Yánesha aprendí a pintar con achiote, vestí el Necaus, su túnica tradicional, y la corona de carrizo rematada con plumas, y me iniciaron en la característica manera de disparar las chopapets, las flechas. Compartí su comida, dormí en sus chacras, y asistí a la ceremonia ritual anual en honor de Yompor en su lugar sagrado. Pero todo esto, que es muy hermoso y se incorpora a tu bagaje vital, no dejan de ser signos identitarios que en diferentes formas encontramos en todas las culturas, también en las nuestras, occidentales actuales. La verdadera enseñanza es otra.

Convivir con quienes mantienen una ética intuitiva con la naturaleza, conservan vivas las costumbres y estilos de vida de sus ancestros, la moderación en el uso de los recursos, la hospitalidad, la solidaridad, te enseña muchas cosas, pero todas se resumen en una: te enseñan, haciéndote regresar a tus orígenes, a conocerte a ti mismo.