La Fundación Alalá reivindica la alegría a través de un mural en el Centro Cívico el Esqueleto

Reportaje de Andrés González-Barba para ABC Cultura -

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Andrés González-Barba
SEVILLA 19/04/2021


El concepto de la alegría, que es lo que significa la palabra ‘alalá’ en caló, ha sido una de las premisas principales que ha defendido la Fundación Alalá desde sus orígenes. Ese elogio de la alegría es el que ha movido a la creación de un nuevo mural en el Centro Cívico el Esqueleto, impulsado por los artistas María Ortega Estepa y Pepe Yáñez y culminado a finales del mes de febrero para celebrar el 28-F.

Para la realización de este ‘Mural de la alegría’ —que mide unos 40 metros de longitud— han participado alumnos del taller de artes plásticas de la fundación como parte de sus actividades, sumándose también niños de las restantes disciplinas artísticas de la escuela, así como madres del taller ‘Coser y Cantar’, vecinos y familiares, junto al resto de profesores y equipo de la Escuela de Arte Alalá.

Este mural ha contado con el patrocinio del Grupo Martín Casillas, que ha sido el encargado de facilitar todos los materiales. Carmen Martín, consejera del grupo, le dio el último brochazo.

La obra plasma a la perfección las dos estéticas que trabajan ambos muralistas, ya que María Ortega Estepa se centra en motivos vegetales, mientras que Pepe Yáñez es más figurativo.

Los artistas coincidieron por primera vez en un mural que realizaron para el Hospital Reina Sofía de Córdoba. A partir de entonces se inició una fructífera colaboración entre ellos que se ha ido cristalizando en distintos trabajos por Andalucía y Extremadura.

Ortega Estepa lleva cuatro años coordinando el taller de artes plásticas de la Fundación Alalá. Además de su licenciatura en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, es arteterapeuta titulada por la Universidad Pablo de Olavide, algo muy a tener en cuenta, sobre todo por la labor social que está desarrollando con niños y adolescentes en un barrio de exclusión social como es el Polígono Sur.

Según comenta, «los murales humanizan los espacios más que decorar. Mi objetivo siempre ha sido humanizar todos los lugares donde he trabajado, ya sean hospitales, centros de menores, centros educativos, etc.». De hecho, dentro de dos semanas pintará la medianera de un edificio de cinco plantas en Algeciras con niños de 14 a 16 años de la asociación Nuevo Futuro. En este trabajo también participará Pepe Yáñez.

Hace cuatro años el pintor sevillano le propuso a María Ortega Estepa hacer un mural en la Fundación Alalá. A partir de ese momento surgió la posibilidad de iniciar los talleres de artes plásticas, que por entonces no existían. Hay un taller para niños de 6 a 12 años y otro para jóvenes de 13 a 16 años. Los alumnos inscritos son unos dieciséis. «Intentamos que los niños salgan del barrio y que abran su mente. Durante el curso hacemos pintura, acuarelas, dibujos, etc., y para los más mayores practicamos también la fotografía y usamos el vídeo y los móviles de forma creativa. Soy muy feliz porque los niños vienen aquí todas las tardes y los quitamos de la calle. Además, hay chavales con mucho talento artístico», dice Ortega Estepa.

Mural en el Sahara Occidental
El precedente de este mural habría que situarlo en otro que la artista cordobesa realizó en Tifariti, la capital de los territorios liberados del Sahara Occidental, en 2008. Niños saharauis y militares del Frente Polisario le ayudaron a ejecutar la obra.«Ese viaje me cambió la vida, pues comprendí que el arte es una herramienta para cambiar la realidad», asegura Ortega.

Pintura a cuatro manos
«Conocemos perfectamente la forma de pintar que tiene el otro»
Comenta Pepe Yáñez que el mural se hizo en cuatro sesiones y que ellos participaron en dos jornadas. «Los pequeños mancharon los fondos y los mayores pintaron la parte más definida». A lo que María Ortega añade que «es el primer mural en el que hemos unificado nuestros lenguajes porque hasta ahora predominaba el lenguaje de uno sobre el del otro». Ambos artistas, que además son muy buenos amigos, insisten en que «es como si pintáramos a cuatro manos, porque conocemos perfectamente la forma de pintar del el otro». Asimismo, adelantan que harán un nuevo mural en el Centro Cívico el Esqueleto.

Estos creadores se conocieron en 2011. Por esa época Yáñez trabajaba en un proyecto de iniciativa cultural en la Pablo de Olavide. «Seleccioné a María para hacer un mural en la Olavide. Luego, cuando yo ya trabajaba para la Fundación Alalá, coincidimos en unos premios de Cruzcampo y decidimos que ella coordinara el taller de artes plásticas de Alalá. Nos estrenamos con un mural donde está ahora mismo este que hemos hecho. Más adelante hemos trabajado juntos en otros murales de ella en los hospitales Miguel Servet de Zaragoza y en el Reina Sofía de Córdoba y ha sido una experiencia preciosa». Además, el pintor sevillano dice que el mural de Alalá «es el pistoletazo de salida a otros murales míos que tengo en proyecto», concluye.